Uno de los temas que han sido objeto de profundo análisis y trabajo en este proceso, es la evaluación del Deterioro de los Activos de Larga Duración de las empresas. El 1 de enero de 2004 entró en vigor en México el Boletín C-15 “Deterioro en el Valor de los Activos de Larga Duración y su Disposición”.
El deterioro de activos es la condición existente cuando los beneficios económicos futuros, o sea, su valor de recuperación, de los activos de larga duración en uso o en disposición son menores a su valor neto en libros.
El Valor de Recuperación de los activos tangibles de larga duración debe ser evaluado cada vez que se presenten ciertas circunstancias o eventos conocidas como indicios de deterioro, a menos que cuenten con evidencias que demuestren en forma contundente que dichos indicios son de carácter temporal. A continuación se presentan algunos ejemplos de los indicios de deterioro:
- Disminución significativa en el valor de mercado de un activo.
- Reducción importante en el uso de la capacidad instalada.
- Pérdida de mercado de los productos o servicios que presta la entidad (por calidad, precio, productos sustitutos, etc.).
- Daños físicos en los activos.
- Costos incurridos en exceso a los originalmente estimados para la adquisición o construcción de un activo.
- Pérdidas de operación o flujos de efectivo negativos en el período, combinados con un historial o proyecciones de pérdidas, que confirmen la tendencia de pérdidas continuas asociadas con una unidad generadora de efectivo.
- Las tasas de interés en el mercado u otras tasas de rendimiento en inversiones se hayan incrementado durante el período, y dichos incrementos afecten la tasa de descuento utilizada en los cálculos de valor de uso de los activos, reduciendo de manera significativa su valor de recuperación.
Como se puede observar, los indicios de deterioro son de carácter económico y todos ellos están asociados con la eventual pérdida de valor del activo o y baja en los ingresos de una entidad.